27 junio 2013

Los lefebvrianos rechazan a la Iglesia y al Papa.

Vía: http://vaticaninsider.lastampa.it

Los lefebvrianos vuelven al ataque.
Fraternidad San Pio X.

Comunicado conjunto de los tres obispos de la Franternidad San Pío X, en el 25 aniversario de su ordenación: el Concilio «destruyó la autoridad» y arruinó las instituciones cristianas

Andrea Tornielli  
Ciudad del Vaticano

La buena voluntad y la paciencia, además de todas las concesiones que hizo Benedicto XVI, al final han sido ignoradas.  La Fraternidad San Pío X no parece tener ninguna intención para volver a la plena comunión con la Iglesia católica y con el Papa. Se puede leer en el comunicado conjunto que firmaron el superior Bernard Fellay y los otros dos obispos lefebvrianos, Alfonso de Gallareta y Bernard Tissier de Mallerais, el día que se cumplen los 25 años de su ordenación episcopal, que oficiaron mons. Lefebvre y el obispo brasileño De Castro Mayer en 1988, que provocó la excomunión.

Los obispos dicen que «la causa de los graves errores» que están «demoliendo a la Iglesia» no radica en una mala «interpretación de los textos conciliares –una “hermenéutica de la ruptura” que se opondría a una “hermenéutica de la reforma en la continuidad”–,  sino en los textos mismos, en razón de decisiones sin precedentes operadas por el Concilio Vaticano II». Pocas palabras para anular, desde su punto de vista, la posibilidad de una hermenéutica diferente de los textos conciliares, sobre la que desde el inicio de su pontificado había insistido Papa Ratzinger. El Vaticano II, según los tres obispos, representa «un magisterio resuelto a conciliar la doctrina católica con las ideas liberales», inmerso en los «principios modernistas del subjetivismo, del inmanentismo y en perpetua evolución según el falso concepto de la tradición viviente», que contamina «la naturaleza, el contenido, el papel y el ejercicio del magisterio eclesiástico».



El comunicado continúa indicando que debido al Concilio «la realeza de Cristo sobre las sociedades humanas simplemente es ignorada, incluso combatida, y la Iglesia es prisionera de este espíritu liberal que se manifiesta especialmente en la libertad religiosa, el ecumenismo, la colegialidad y la nueva misa».



Después hay algunos párrafos en los que se condena la declaración conciliar “Dignitatis humanae” sobre la libertad religiosa, el decreto conciliar sobre el ecumenismo “Unitatis redintegratio” y la introducción de «un espíritu colegial, igualitario y democrático» en la Iglesia a través de la constitución “Lumen gentium”, con obispos y sacerdotes que se ponen a escuchar y a seguir al «pueblo de Dios, nuevo soberano». Para los lefebvrianos, de todo esto deriva la «destrucción de la autoridad» y, consecuentemente, «la ruina de las instituciones cristianas: las familias, los seminarios, los institutos religiosos».


Para concluir, los tres obispos atacan la misa de la reforma litúrgica, que «obscurece la naturaleza sacrifical y propiciatoria del sacrificio eucarístico». «Bajo este nuevo rito se encuentra la nueva y falsa teología del misterio pascual».



Al leer este comunicado, parecería que nunca existió el largo camino de entrevistas y encuentros con la Santa Sede (que ha durado décadas). La Fraternidad San Pío X parece volver a encontrar la unidad para oponerse con fuerza a la «Roma conciliar», a esa Iglesia que habría cambiado radicalmente después del Vaticano II. En contra de esa «Roma» con la que dialogó durante los últimos años. Después de haber obtenido mucho (la liberalización de la misa antigua, la anulación de las excomuniones, diálogos doctrinales y una propuesta para encontrar una solución canónica a su situación) los lefebvrianos vuelven al ataque y parecerían volver al punto de partida.

 

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